Trastorno obsesivo-compulsivo en niños
¿Qué es el trastorno obsesivo-compulsivo?
El trastorno obsesivo-compulsivo (OCD, por sus siglas en inglés) es un trastorno de ansiedad en le cual una persona tiene un pensamiento, un temor o una preocupación irracional que trata de controlar realizando una actividad ritual para reducir la ansiedad. Los pensamientos o imágenes perturbadores que se suelen presentar se denominan obsesiones y los rituales repetitivos que se realizan para intentar evitarlos o anularlos se denominan compulsiones.
Durante el crecimiento y desarrollo normal de los niños y adolescentes, los rituales y los pensamientos obsesivos se producen normalmente con un fin y un enfoque de acuerdo con la edad. Los niños de preescolar con frecuencia usan rituales y rutinas en las comidas, para el baño y a la horade dormir para ayudar a estabilizar sus expectativas y su comprensión del mundo. Los niños en edad escolar normalmente desarrollan rituales grupales a medida que aprenden a jugar juegos, a practicar deportes grupales y a recitar rimas. Los niños más grandes y los adolescentes comienzan a coleccionar objetos y desarrollan pasatiempos. Estos rituales ayudan a los niños a socializar y los ayudan a dominar la ansiedad. Un niño o un adolescente con OCD tiene pensamientos obsesivos no deseados y relacionados con temores (como por ejemplo el temor de tocar objetos sucios) y usa rituales compulsivos para controlar los miedos (por ejemplo lavarse las manos de forma excesiva). Cuando existe OCD, los pensamientos obsesivos y los rituales compulsivos pueden ser tan frecuentes o intensos que interfieren con las actividades de la vida diaria (ADL, por sus siglas en inglés) y las actividades de desarrollo normal.
¿Qué causa el trastorno obsesivo- compulsivo?
No se conoce la causa del trastorno obsesivo-compulsivo. Las investigaciones indican que el OCD es un trastorno neurológico del cerebro. La evidencia sugiere que las personas con OCD tienen deficiencia de una sustancia química del cerebro llamada serotonina. El OCD suele darse en familias. Esto sugiere un componente hereditario. Sin embargo, el OCD también puede desarrollarse sin un historial familiar de OCD. Estudios recientes sugieren que las infecciones por estreptococos pueden desencadenar o aumentar la intensidad del OCD, en algunos casos.
¿Quiénes se ven afectados por el trastorno obsesivo-compulsivo?
Aunque los síntomas del OCD se ven en niños, se lo reconoce como un trastorno de salud mental relativamente común en adolescentes, y 1 de 200 niños y adolescentes tiene OCD.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo?
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del trastorno obsesivo-compulsivo. Sin embargo, cada adolescente puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
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Una preocupación extrema por la suciedad, los gérmenes o la contaminación
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Dudas repetidas (por ejemplo, si la puerta está cerrada o no)
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Pensamientos inoportunos sobre la violencia, lastimar o matar a alguien o lastimarse a sí mismo
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Pasar largos períodos tocando cosas, contando, pensando sobre números y secuencias
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Preocupación por el orden, la simetría o la exactitud
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Pensamientos persistentes de realizar actos sexuales repugnantes o comportamientos prohibidos, tabú
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Preocupación por pensamientos contrarios a las creencias religiosas personales
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Una necesidad extrema de saber o recordar cosas que pueden ser triviales
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Excesiva atención a los detalles
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Preocupación excesiva sobre la posibilidad de que ocurra algo terrible
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Pensamientos, impulsos y/o comportamientos agresivos
Los comportamientos compulsivos (los rituales que se usan para calmar la ansiedad que producen las obsesiones) pueden volverse excesivos, perturbadores y consumir mucho tiempo. Pueden interferir con las actividades diarias y las relaciones. Entre los ejemplos de comportamientos compulsivos se encuentran:
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Lavado de manos repetitivo (con frecuencia 100 veces o más por día)
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Revisar y volver a revisar de forma reiterada (por ejemplo, para asegurarse de que la puerta está cerrada)
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Seguir reglas de orden rígidas (por ejemplo, ponerse la ropa de acuerdo con la misma secuencia todos los días o guardar las pertenencias en la habitación de manera muy particular y molestarse si alguien cambia el orden)
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Acumular objetos
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Contar y volver a contar de manera excesiva
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Agrupar objetos o colocarlos en secuencias
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Repetir las palabras que uno mismo pronuncia (palilalia) o que pronuncian otros (ecolalia), formular las mismas preguntas de manera repetitiva
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Coprolalia (decir obscenidades de manera repetida) o copropraxia (hacer gestos obscenos de manera repetida)
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Repetir sonidos, palabras, números y/o música para uno mismo
Los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo pueden ser similares a otras afecciones físicas o problemas psiquiátricos, incluido el trastorno de Tourette. Hable siempre con el proveedor de atención médica de su hijo adolescente para obtener un diagnóstico.
¿Cómo se diagnostica el trastorno obsesivo-compulsivo?
Un psiquiatra infantil u otro profesional de la salud mental calificado habitualmente diagnostica trastornos de ansiedad en niños o adolescentes solo después de un examen psiquiátrico exhaustivo. Los padres que noten signos de ansiedad grave o comportamientos obsesivos o compulsivos en su hijo pueden buscar ayuda solicitando una evaluación y un tratamiento de manera temprana. El tratamiento temprano con frecuencia puede evitar problemas futuros.
A fin de llegar a un diagnóstico de OCD, las obsesiones y compulsiones deben ser omnipresentes, graves y lo suficientemente perturbadoras como para que las actividades y el funcionamiento de la vida diaria del niño o el adolescente se vean afectados. En la mayoría de los casos, las actividades involucradas con el trastorno (por ejemplo, lavarse las manos, revisar las puertas) llevan más de una hora todos los días. Además, causan angustia psicológica y funcionamiento mental deteriorado En la mayoría de los casos, los adultos se dan cuenta de que los comportamientos son inusuales en cierta medida. Sin embargo, con frecuencia los niños y adolescentes no cuentan con esta capacidad crítica de juzgar que este comportamiento es irracional o anormal.
Tratamiento para el trastorno obsesivo-compulsivo
El proveedor de atención médica de su hijo adolescente determinará el tratamiento específico para el OCD basándose en lo siguiente:
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La edad de su hijo adolescente, su estado general de salud y su historia clínica
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La gravedad de los síntomas de su hijo
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La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos o terapias
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Las expectativas respecto de la evolución del trastorno
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Su opinión o preferencia
El trastorno obsesivo-compulsivo se puede tratar de manera eficaz, por lo general con una combinación de terapia individual y medicamentos. El tratamiento siempre debe basarse en una evaluación exhaustiva del adolescente y la familia. La terapia individual por lo general incluye técnicas tanto cognitivas como conductuales. La terapia cognitiva se centra en ayudar al niño o al adolescente a identificar y entender sus miedos. También le ayuda a entenderlos y a aprender nuevas maneras de resolverlos o reducirlos con más eficacia. Las técnicas conductuales ayudan al niño o adolescente y a su familia a establecer contratos o lineamentos para limitar o modificar comportamientos (como por ejemplo, establecer una cantidad máxima de veces que un niño que se lava las manos de manera compulsiva puede hacerlo por día). Los medicamentos que se utilizan con más frecuencia para tratar el OCD se clasifican como inhibidores de la recaptación de serotonina (SSRI, por sus siglas en inglés). Estos medicamentos afectan de manera selectiva los mecanismos de los neurotransmisores del sistema nervioso central. Cuando se descubre que el OCD está relacionado con una infección por estreptococos, es posible que el proveedor de atención médica le recete a su hijo una serie de medicamentos antibióticos. Las recomendaciones de tratamiento pueden incluir terapia familiar y consultas con la escuela del adolescente. Los padres desempeñan un papel de apoyo esencial en cualquier proceso de tratamiento.
Los adolescentes con OCD también pueden experimentar uno o más tipos de trastornos alimentarios, que también necesitarán tratamiento.
Prevención del trastorno obsesivo-compulsivo
En este momento no se conocen medidas preventivas para reducir la incidencia de OCD en adolescentes. Sin embargo, la detección y la intervención tempranas pueden reducir la seriedad de los síntomas, mejorar el crecimiento y el desarrollo normal del adolescente y mejorar la calidad de vida que experimentan los niños y adolescentes con trastornos de ansiedad.