Examen neurológico del niño
¿Qué es un examen neurológico?
A este examen también se lo conoce como examen de neurología. Se trata de una evaluación del sistema nervioso del niño que puede hacerse en el consultorio del proveedor de atención médica. Es posible realizarlo con instrumentos, como luces y martillos de reflejos, y generalmente no le causa al niño ningún dolor.
El sistema nervioso está compuesto por el cerebro, la médula espinal y los nervios de esas regiones, así como también de los músculos (el sistema neuromuscular). Este examen abarca muchos aspectos, incluida la evaluación de lo siguiente:
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Habilidades motoras y sensoriales
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Equilibrio y coordinación
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Estado mental (el nivel de consciencia del niño y la interacción con el entorno)
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Reflejos
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Funcionamiento de los nervios
El alcance del examen depende de muchos factores, por ejemplo, el problema inicial que tiene el niño, su edad y la afección que padece.
¿Por qué se hace un examen neurológico?
La evaluación completa y exhaustiva del sistema nervioso del niño es importante si hay razones para creer que tal vez haya un problema preexistente.
El daño al sistema nervioso puede causar retrasos en el desarrollo y el funcionamiento normales del niño. La identificación inmediata puede ayudar a encontrar la causa y reducir las complicaciones crónicas. Se puede realizar un examen neurológico completo:
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Durante un examen físico de rutina
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Durante un examen físico del recién nacido
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Para seguir el avance una enfermedad
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Después de cualquier tipo de anomalía congénita en la cabeza o la columna vertebral
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Si el niño tiene cualquiera de estas dolencias:
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Dolores de cabeza
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Visión borrosa
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Cambios en la conducta
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Agotamiento físico
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Cambios en el equilibrio o la coordinación
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Adormecimiento u hormigueo en los brazos o las piernas
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Disminución del movimiento de los brazos o las piernas
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Lesión en la cabeza, el cuello o la espalda
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Fiebre de origen desconocido
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Convulsiones
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Arrastrar las palabras al hablar
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Debilidad
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Temblores
¿Qué se hace durante un examen neurológico?
Durante un examen neurológico, el proveedor de atención médica del niño evaluará el funcionamiento del sistema nervioso, que es muy complejo y controla muchas partes del cuerpo. Está compuesto por el cerebro, la médula espinal, los 12 pares de nervios que emergen del cerebro y los nervios que salen de la médula espinal. El sistema nervioso regula los músculos. También se examina con frecuencia la circulación al cerebro que parte de las arterias del cuello. En los bebés y los niños pequeños, el examen neurológico incluye la medición de la circunferencia de la cabeza. A continuación se incluye una descripción general de las áreas que pueden examinarse y evaluarse durante un examen neurológico.
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Estado mental. Para evaluar el estado mental (el nivel de consciencia del niño y la interacción con el entorno), se observa al bebé mientras interactúa con los padres o se le pide al niño de más edad que siga instrucciones o responda preguntas según corresponda. También se observará al niño de más edad para ver si habla con claridad y si tiene sentido lo que dice. Generalmente, lo hace el proveedor de atención médica del niño con solo observarlo durante las interacciones normales.
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Función motora y equilibrio. Para esta evaluación, el niño de más edad debe empujar y jalar las manos del proveedor de atención médica con las manos y las piernas. Se le puede pedir al niño que apriete los dedos o que salte con uno o ambos pies, o que brinque. Para controlar el equilibrio, se debe evaluar cómo se para el niño y cómo camina, o el niño debe pararse con los ojos cerrados mientras se lo empuja suavemente hacia un lado o hacia el otro. También se pueden revisar las articulaciones del niño simplemente mediante el movimiento pasivo (realizado por el proveedor de atención médica) y el activo (realizado por el niño).
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Examen sensorial. El proveedor de atención médica del niño también puede realizar una prueba sensorial que permite comprobar su capacidad de sentir. Para hacerla, se pueden usar diferentes instrumentos, por ejemplo, agujas con punta roma, diapasones, hisopos con alcohol u otros objetos. El proveedor de atención médica puede tocar las piernas, los brazos u otras partes del cuerpo del niño y pedirle que identifique la sensación (por ejemplo, caliente o frío, filoso o sin filo).
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Reflejos del bebé y del recién nacido. Se pueden examinar diferentes tipos de reflejos. En los recién nacidos y los bebés, se evalúan los reflejos llamados reflejos del recién nacido (o reflejos primitivos). A medida que el bebé crece, cada uno de estos reflejos desaparecen a una edad determinada. Estos reflejos incluyen lo siguiente:
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Parpadeo. El bebé cerrará los ojos en respuesta a las luces fuertes.
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Reflejo plantar (también conocido como reflejo de Babinski). Normalmente, cuando se frota el pie del bebé, el dedo gordo se extiende hacia arriba. Esta respuesta suele desaparecer después del año, y se considera anormal que este reflejo siga presente después de los 2 años.
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Gateo. Si se acuesta al bebé boca abajo, hará movimientos de gateo.
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Reflejo de Moro (o reflejo de sobresalto). Un cambio rápido en la posición del bebé lo hará extender los brazos hacia los lados, abrir las manos y echar la cabeza hacia atrás. Normalmente, este reflejo desaparece después de los 6 meses.
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Reflejo tónico del cuello. Para la prueba, se acuesta al bebé boca arriba. Si se procede a rotarle la cabeza hacia un lado, se extiende el brazo del mismo lado mientras se flexionan el codo y el hombro del otro brazo. Normalmente, este reflejo desaparece después de los 6 meses.
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Prensión palmar y plantar. Los dedos de las manos o los pies del bebé se enroscarán alrededor de un dedo que se coloca en la zona.
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Reflejos de estiramientos de los músculos en los niños de más edad. Anteriormente conocidos como “reflejos profundos o miotáticos”, estos suelen examinarse con un martillo de reflejos
que se usa en diferentes puntos del cuerpo, como la rodilla o el codo. Evalúa el arco reflejo entre los nervios que causan la contracción muscular y aquellos que envían las señales hacia el cerebro, y permite revisar tanto los nervios periféricos como los de la médula espinal. Si hay una deficiencia en los nervios periféricos, la respuesta a esta prueba es reducida o está ausente. Si hay una lesión en la médula espinal, esta prueba suele causar una respuesta exagerada.
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Evaluación de los pares craneales. En el cerebro hay 12 nervios principales, llamados pares craneales (del primero al duodécimo). Durante un examen neurológico completo, se evalúan la mayoría de estos nervios para ayudar a determinar el funcionamiento del cerebro:
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Primer par craneal (nervio olfatorio). Es el nervio del olfato. Se le puede pedir al niño que identifique distintos olores con los ojos cerrados.
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Segundo par craneal (nervio óptico). Este nervio transmite la información visual al cerebro. Se puede hacer una prueba visual y se pueden examinar los ojos del niño con una luz especial.
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Tercer par craneal (oculomotor). Es el responsable del tamaño de la pupila y de ciertos movimientos del ojo. El proveedor de atención médica del niño puede examinarle la pupila (la parte negra del ojo) con una luz y pedirle que siga la luz en diferentes direcciones. Las pruebas del tercero, cuarto y sexto par craneal se hacen juntas.
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Cuarto par craneal (nervio troclear). Este nervio también interviene en el movimiento de los ojos, en combinación con el sexto par craneal.
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Quinto par craneal (nervio trigémino). Este nervio permite muchas funciones, incluida la capacidad de sentir la cara, dentro de la boca, y de mover los músculos que intervienen en la masticación. El proveedor de atención médica del niño puede tocarle diferentes zonas de la cara y observarlo mientras muerde.
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Sexto par craneal (nervio motor ocular externo). Este nervio ayuda al movimiento de los ojos. Se le puede pedir al niño que siga una luz o un dedo para que mueva los ojos.
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Séptimo par craneal (nervio facial). Es el responsable de varias funciones, entre ellas, el movimiento de los músculos de la expresión facial y el gusto que se percibe en la sección anterior de la lengua. Se le puede pedir al niño que identifique diferentes sabores (dulce, agrio, amargo), que sonría, mueva las mejillas, la frente o los párpados, o muestre los dientes.
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Octavo par craneal (nervio auditivo). Es el nervio de la audición y la función vestibular. Se le pueden hacer al niño una prueba auditiva y pruebas especializadas de la función vestibular.
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Noveno par craneal (nervio glosofaríngeo). Interviene en el gusto y la deglución. Una vez más, se le puede pedir al niño que identifique distintos sabores en la parte posterior de la lengua. Se puede evaluar el reflejo nauseoso o faríngeo. Las pruebas del noveno y décimo par craneal se hacen juntas.
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Décimo par craneal (nervio vago). Es el principal responsable de la capacidad de tragar, el reflejo nauseoso, algunos sabores y parte del habla. Se le puede pedir al niño que trague y se puede usar un bajalenguas para provocar la respuesta nauseosa.
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Undécimo par craneal (nervio accesorio). Interviene en el movimiento de un músculo de los hombros y del cuello. Se le puede pedir al niño que gire la cabeza de un lado al otro mientras se ejerce una resistencia suave, o que encoja los hombros.
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Duodécimo par craneal (nervio hipogloso). Es el responsable del movimiento de la lengua, junto con el noveno y el décimo par craneal. Se le puede indicar al niño que saque la lengua y hable.
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